La felicidad es la ausencia de la necesidad de ser
feliz. La paz no es un destino, sino la ausencia de aquel que la busca. El amor
es la muerte de la esperanza de un mejor mañana, y el abrazo pleno a lo que hay
en este día, con su dulce y tierna imperfección.
Este es el camino de la indefensión y la
desesperanza; el camino en donde ya no se busca más la felicidad en el tiempo,
es la disposición de descubrir la gracia y la gratitud en los lugares más
improbables. Y vivir sin esperanza es algo maravilloso, porque implica ver con
los ojos bien abiertos, y un ser profundamente arraigado en la presencia. Y un
corazón absolutamente abierto para recibir los regalos de hoy, vagando siempre
por un camino nunca antes explorado que revela sus diamantes bajo la luz de la
presencia.
La muerte de la esperanza es el nacimiento de lo
nuevo, el surgimiento de la creatividad. Simplemente aparta tus ojos de la
meta, inclina tu cabeza en reverencia a esta inmediatez, y recibe en tus brazos
este día vivo - lo más cercano de todo, el regalo más grande, el regalo más
presente.
- Jeff Foster
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