"Quédate solo.
No para siempre, no para cada momento, pero lo suficiente para que te sientas bien contigo mismo y recuerdes el placer de tu propia compañía.
Quédate solo aunque sea por un tiempo. Paz contigo, asimila tus sentimientos, filtra tus emociones y Cuida tus dolores.
Quédate solo para que tengas la oportunidad de descubrir (o recordar) tus dones y valores, tus gustos y disgustos, tus aficiones, tus risas, los sueños que el polvo de la rutina y las empresas superficiales terminaron eclipsando.
Quédate solo para que puedas encontrar esas partes de ti mismo que dejaste a un lado para dejar espacio a las personas que no te aportaron mucho.
Quédese solo hasta que encuentre a alguien que sea una compañía de cuerpo y alma. Hasta que estés con alguien que sea una empresa a la que sumarte, que te anime y te ayude a crecer emocional y espiritualmente.
Quédate solo porque necesitas tener momentos de soledad. La soledad tiene el poder de darle un nuevo sentido a nuestra existencia, de crear un vínculo profundo con nosotros que nos permite darnos cuenta de lo que nos merecemos o no en nuestra vida.
La soledad no es un castigo, es un momento para que nuestros emocionales respiren y recuperen sus fuerzas.
Sólo la soledad tiene el poder de devolvernos a nosotros mismos y hacernos darnos cuenta de que los contactos son sumamente importantes, pero que disfrutar de la propia compañía es un privilegio y una necesidad del alma ".
No hay comentarios:
Publicar un comentario