lunes, 6 de septiembre de 2021

Se alejó

Se alejo tanto del pasado, que ya no había dolor. Dejó de identificarse, con aquella niña, la que no entendía, la que sólo veía y sentía dolor por todo.

Se alejó tanto del pasado, que la tristeza la abandonó. La pena y la depresión dejaron de mostrarle el camino y se desvanecieron con su sonrisa.

Se alejó tanto del pasado, que ya no le dolía nada. Ya no había culpa, juicio, ni castigo. Ya no se condenaba, ni a sí misma, ni a sus supuestos verdugos.

En el camino, dejo de ver culpa en los demás y en ella. Entendió que nadie le hizo nada, solo su percepción y sus creencias, habían conformado su mundo.

Sin culpa, no había a quién acusar, sin juicio, todo se veía de otra manera.

Se alejó tanto del pasado, que ya no se identifica con su personaje, ni con su historia.

Se alejó tanto del pasado, que se veía como otro ser, más libre, más feliz. Sus días empezaron a ser agradables, felices. Al no haber dolor, una sonrisa afloraba en su rostro de una manera natural. Los días eran alegres, los encuentros felices.

Se alejó tanto del pasado que ya no le quedaban sombras, donde antes era rechazada, ahora era bien recibida. Nada cambió, solo ella decidió abandonar el pasado, soltarlo, dejarlo ir... sin resentimientos, sin cuentas pendientes.

Ahí descubrió que ella era la causa de todo, tenía el poder de decidir. No podía cambiar el pasado, pero si verlo de otra manera y también podía soltarlo y... Se alejó del pasado.

Manuel González Bedmar

 

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