miércoles, 22 de marzo de 2023

EL PODER DEL PERDÓN: EL PUENTE QUE NOS CONECTA CON LA ESENCIA

Perdonar significa escoger liberar a otros de las percepciones que hemos proyectado sobre ellos. En realidad, siempre es un acto de perdonarse a sí mismo por nuestras proyecciones. Conforme el proceso del perdón se instaura en nosotros nos vamos adentrando más profundamente en la pureza de la consciencia y comenzamos a darnos cuenta cómo hemos estado coloreando y afectando todas nuestras relaciones al no darnos cuenta del poder de la proyección, la cual da lugar a la percepción.

El perdón es la llave esencial para la sanación de la locura temporal de la mente. Lo opuesto al perdón es el juicio y el juicio siempre crea separación y culpa, no sólo en el otro sino más aún en nosotros mismos. Cada vez que juzgamos al otro, en algún lugar en nuestro interior recordamos la perfecta pureza e inocencia de nuestra Esencia-Ser y por lo tanto, inevitablemente, brota la culpa por el juicio-ataque que realizamos……., y si no estamos conscientes para liberarla, la hacemos inconsciente (negándola en nosotros) y por lo tanto volvemos a proyectarla fuera de nosotros. Y este ciclo se repite hasta que ELIJAMOS hacernos responsables de nuestras proyecciones……, de nuestra experiencia.

Cualquiera que emprende el así llamado “camino espiritual” reconoce su profunda necesidad de perdonar, lo cual, en última instancia, es el deseo profundo de la mente de ser perdonada puesto que no hay nadie que camine por este mundo que no haya sido tocado por el “veneno” del juicio (mente egótica).
Lo que no hemos perdonado en otros o el mundo, no es sino el reflejo de lo que llevamos dentro como una pesada carga que no nos hemos perdonado a nosotros mismos.

La famosa frase “Se cree el ladrón que todos son de su condición” refleja muy bien este estado de no perdón a nosotros mismos y por ello, lo proyectamos fuera….. en otros….. y así es como justificamos el sentirnos afectados por algo que parece estar fuera de nosotros… y que no nos pertenece (percepción). La proyección da lugar a la percepción. Esta es la famosa ley del espejo; todo aquello a lo que reaccionamos es justo lo que necesita ser perdonado dentro de nosotros y que el otro continuamente nos refleja. Se necesita a uno para conocer al otro…..Y ahora el otro se convierte en mi maestro, mi mensajero….. que me muestra justo donde necesito liberar mis creencias inconscientes y perdonarme. De ahí la famosa frase “Tal como le vea a él, así me veré yo”…..¿elijo ver inocencia o culpabilidad….?. 

La única manera de percibir a otro actuando con hostilidad o miedo es porque he estado allí antes…… he sentido esa energía y ahora puedo ser capaz de ver qué circunstancias parecen cultivar la creencia de que debe actuar de esa manera para sobrevivir y qué percepciones le han permitido justificar su comportamiento…y esto requiere de una gran honestidad para mirar dentro…..y reconocer que todo lo que percibo está dentro de mi….por lo tanto….¿ quién soy yo para juzgar al otro?....

Cuando te has perdonado a ti mismo, sabes lo que significa caminar por este mundo sin ser de este mundo. Ser capaz de sentir, discernir y comprender lo que otro libremente ha decidido experimentar porque primero lo has hecho consciente en ti y has elegido recorrer el camino del perdón para descubrir la Verdad y la Inocencia en todos. 

Descubrirás que existes sólo para extender Amor, y en toda circunstancia, no importa lo que el otro esté haciendo, nuestra respuesta será entrar en ese estado de quietud interior desde donde sabremos cómo actuar.

El perdón, por tanto, es el puente que nos conecta con la Esencia del otro y que cuando se cultiva nos permite ver claramente.

 

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