Una de las ocupaciones favoritas del ego es quejarse de otras personas, es muy satisfactorio, porque mientras más me quejo de alguien, mejor me siento conmigo mismo y más creo estar en lo correcto.
El mundo está lleno de gente que te da muchas oportunidades para quejarte. Nunca te faltara gente de la cual quejarte y la vida te hace eso, no para molestarte, sino para hacerte más consciente.
Así que todas estas personas que no están a la altura de tus expectativas, que deberían hacer exactamente lo que es correcto, y ser exactamente como deberían ser para llenar tus expectativas, están allí para crear consciencia en ti.
Tienes que estar pendiente cuando te quejes de otros o de lo que sea, incluso de cosas sencillas (como que alguien no llegó a tiempo a la cita), ver si puedes salirte del patrón de la queja.
Desafortunadamente para el ego pareciera como si estuvieras hambriento, y eso es lo que es, el ego va empezar a sentir que se está encogiendo: “si no me quejo me disminuyo, no puedo expandirme si no me estoy quejando”, porque cuando te quejas creces y mientras más fuerte y emocional sea la queja más creces como un globo.
Y luego puede que la ira se añada a la queja: “¡estoy harto de esta gente, ¿quiénes se creen ellos que son?!”
Practica esto. Tan pronto sientas que vas a expresar una queja puedes practicar y renunciar a hacerla y ver cómo se siente. Al principio sentirás como si te faltara algo en tu vida, y luego sentirás como va surgiendo la paz.
¿Podrías estar pensando que debes convertirte en un tonto y permitir que la gente haga lo que sea? No, cualquiera que sea la información que le tengas que expresar a alguien, puedes hacerlo sin quejarte o puedes tomar acción sin quejarte.
Por ejemplo, si llamas a una persona para que te repare algo en tu casa y esa persona no se presenta, y lo llamas otra vez y te dice: “si, voy para allá a las 3” y aún así no aparece, en algún momento tendrás que decir “está bien, voy a tener que buscarme a otra persona”. Entonces puedes llamarlo y decirle: “como usted no apareció en dos o tres ocasiones voy a tener que llamar a alguien más y gracias por escuchar" (risas).
Quejarte no lo ayuda, no va hacer a esa persona más consciente, solo fortalece la identificación con tu falso ego, ese es el único beneficio que tiene.
Así que puedes actuar, informar a alguien de esto o aquello sin quejarte de ellos. Otra cosa que ocurre cuando te quejas es que creas seudoidentidades en tu mente sobre lo que son estas personas de las que te quejas, porque cuando te quejas tu mente se convierte en lo que esa persona es. Así que lo que esa persona realmente es, queda virtualmente anulado por la queja mental que tienes de él o ella, perdiendo contacto totalmente con ese otro ser humano y el otro ser humano llega a ser totalmente “otro”, y ni siquiera te das cuenta de que comparten una esencia común, unidad, bondad… La queja mental borra por completo el resto de la persona, muy rápidamente, muy fácilmente, y esa es otra forma de perder el espacio interior, es uno de los patrones de la mente.
Agradece a toda esta gente quienes de acuerdo al juicio de la mente carecen de esto, de aquello o de todo esto y son desagradables, porque te hacen más consciente. Eso es parte de las limitaciones que encuentras. Piensa en los maestros sufíes y en el entrenamiento escogido por ellos mismos. Ahora imaginen a esa misma persona diciendo: “lo que el me hizo a mi… me convertí en esclavo, ni siquiera pagó algo para comprarme solo me tomó y ahora mira la forma en que me trata, tengo que vivir esta existencia tan miserable; esta persona no tiene ninguna consciencia, es un ser humano vil”, y podría seguir quejándose en su mente por años, lo cual seria muy satisfactorio para su ego. Luego, emergería como un ego todavía mayor diciéndote: “yo le puedo decir como son los seres humanos, ¡yo lo se!”.
Así que como practica espiritual, recomiendo no quejarse, lo cual no significa que no puedes tomar acción (ya lo sabes). No quejarse comienza por no quejarse en voz alta y si dejas de decir algo, quizá en tu mente siga ocurriendo; entonces, tienes que poner allí tu atención, viendo si hay algún progreso en tus pensamientos de queja dentro de tu cabeza. Incluso cuando hayas logrado no decirlo en voz alta, sigue alerta para ver si tu mente sigue quejándose.
Una vez que miras el pensamiento te das cuenta que ese tipo de pensamiento no hace tu vida más placentera o más alegre, no realmente, y puedes vivir sin él… la vida es mucho mejor sin él, más liviana, más clara.
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